Te sentirás como en casa.
El Rincón de Martos es el típico bar entrañable de barrio que puedes encontrar en cualquier parte de la periferia madrileña. Lo malo del sitio es que está un poco escondido, y lo bueno es que aquí tienen un secreto: consiguen que te sientas como en casa.
Claro, se preguntarán cómo lo consiguen. Y hay varias razones:
Primero, con una ambientación muy luminosa, con mesas bien esparcidas y una amplia barra llena de asientos en la que los clientes pueden desenvolverse tranquilamente. Segundo, porque cuentan con dos televisiones, algo ya habitual en cualquier hogar madrileño y que siempre se agradecen. En tercer lugar por la atención de su trío de camareros: una chica rumana muy atenta, un joven suramericano que podemos asegurar, será capaz de aguantar tu borrachera con mucho humor, y un tercero en discordia, que suponemos el dueño, el cual no parará hasta que tu confortabilidad sea la idónea. Y por último por sus aperitivos. Siempre caseros y elaborados, y acompañando cada ronda de cañas o botellines de cerveza (siempre Mahou, anteriormente ponían Cruzcampo de barril pero sabiamente lo han cambiado). Es más, te suelen preguntar qué tapa deseas entre una serie de opciones que te ofrecen. Y su sabor nunca decepciona. ¿El precio? Muy bueno, 1,20 la caña o el botellín, y también hay ofertas con tercios a buen precio de cervezas de importación como Heineken, Carlsberg o Budweiser.
Además, para los inconformistas que quieran aún más variedad, el bar cuenta con otro añadido curioso, se puede participar en porras de partidos de fútbol y de la lotería nacional. Al fin y al cabo, las apuestas pueden ser para algunos otra pasión (y aquí más allá de las típicas máquinas tragaperras).
Claro, se preguntarán cómo lo consiguen. Y hay varias razones:
Primero, con una ambientación muy luminosa, con mesas bien esparcidas y una amplia barra llena de asientos en la que los clientes pueden desenvolverse tranquilamente. Segundo, porque cuentan con dos televisiones, algo ya habitual en cualquier hogar madrileño y que siempre se agradecen. En tercer lugar por la atención de su trío de camareros: una chica rumana muy atenta, un joven suramericano que podemos asegurar, será capaz de aguantar tu borrachera con mucho humor, y un tercero en discordia, que suponemos el dueño, el cual no parará hasta que tu confortabilidad sea la idónea. Y por último por sus aperitivos. Siempre caseros y elaborados, y acompañando cada ronda de cañas o botellines de cerveza (siempre Mahou, anteriormente ponían Cruzcampo de barril pero sabiamente lo han cambiado). Es más, te suelen preguntar qué tapa deseas entre una serie de opciones que te ofrecen. Y su sabor nunca decepciona. ¿El precio? Muy bueno, 1,20 la caña o el botellín, y también hay ofertas con tercios a buen precio de cervezas de importación como Heineken, Carlsberg o Budweiser.
Además, para los inconformistas que quieran aún más variedad, el bar cuenta con otro añadido curioso, se puede participar en porras de partidos de fútbol y de la lotería nacional. Al fin y al cabo, las apuestas pueden ser para algunos otra pasión (y aquí más allá de las típicas máquinas tragaperras).
Calidad cerveza: 8
Variedad en bebidas: 7
Nivel tapas gratis: 7
Calidad comida: 8
Precio: 8
Relación rentabilidad calidad-precio: 7
Limpieza: 8
Comodidad: 7
Atención al cliente: 8
Amplitud de raciones: 7
Ambiente fiestero de la zona: 6
C/ Alejandro Sánchez, nº51. Metros: Opañel, Urgel, Plaza Elíptica. Bus: 118.
C/ Alejandro Sánchez, nº51. Metros: Opañel, Urgel, Plaza Elíptica. Bus: 118.
Comentarios