CAFÉ OLÉ

Porque castizo no tiene por qué ser sinónimo de cansino

 A escasos 200 metros de la Puerta del Sol, centro neurálgico de souvenirs, no muy lejos de la famosa estatua del Oso y el Madroño, allí donde el cartel del Tío Pepe resiste los intentos de derrocamiento de Apple, entre todas esas tiendas de recuerdos que repiten una y otra vez el clásico de toros y toreros, figuritas de sevillanas, bolsos y camisetas con un Madrid escrito y bordado hasta en la cremallera, gorras y mecheros con la bandera de España.

Sí, ahí en medio, que como decía Sabina "...aquí no queda sitio para nadie. Pongamos que hablo de Madrid"; un pequeño bar ha conseguido hacerse un hueco con el paso de los años consiguiendo un estilo castizo, pero a su manera, sin la saturación de identidad nacional, ni el mal gusto de tener cabezas de animales muertos colgando de sus paredes.
 


El Café Olé en la calle La Bolsa, pegado a la plaza Jacinto Benavente, desde luego que no es un lugar que destaque a simple vista: una pequeña puerta roja sin una gran luna de cristal por la que ver que hay dentro; esto cambia en el momento que pones un pie dentro y ves su interior acogedor a media luz, con alguna figurita de una folclórica aquí y algún cartel de época allá. Aunque para el ojo entrenado lo primero que llama la atención es una barra llena de variedad de pinchos a elegir (además de variedad te tapas calientes que no están a la vista) con tu consumición, servida con una amabilidad inusitada, por cierto.

Si para tomarte tu cañita decides sentarte en la pequeña zona de mesas veras otra de las decoraciones más típicas de este bar pues las cuatro paredes que encierran esta zona forman un mural de 360º, alternando clásicos personajes de la farándula madrileña con todo tipo de clásicos del espectáculo, y en general, todo el bar cuenta con pequeños detalles administrados con buen gusto que le dan el punto castizo a la decoración total.

Pero como pasaba hasta en las películas de Marisol, no es oro todo lo que reluce, la parte mala la encontramos acompañando a las generosas tapas: San Miguel, nos están dando cañas de San Miguel y encima nos la cobran a precio de Mahou, esto es peor que el clásico gato por liebre o el actualizado caballo por ternera.

En general, es un sitio al que merece la pena entrar a cualquier hora, ya que se mantiene abierto hasta las tres de la mañana y también sirve alguna variedad de cócteles. Así que, un sitio perfecto para unas cañas antes de la comida/cena o donde tomarse algo antes de salir por ahí.

Calidad cerveza: 5
Variedad en bebidas: 8
Nivel tapas gratis: 7
Calidad comida: 8
Precio: 7
Relación rentabilidad calidad-precio: 7
Limpieza: 8
Comodidad: 8
Atención al cliente: 8
Amplitud de raciones: 7
Ambiente fiestero de la zona: 9
Calle La Bolsa Nº4. Metros: Sol, Tirso de Molina


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