Un poco de historia de la cerveza (1)

12.000 años empinando el codo.


La cerveza, casi todo el mundo tiene conocimientos más o menos amplios; de que está hecha, las fermentaciones, los tipos... y sobre todo a donde va una vez que te la sirven. Muchos aún van más allá, conociendo los grados de cada marca, el cereal que usa cada tipo de cerveza o hasta el tiempo de maduración.
En este artículo de cadacervezaconsutapa vamos a intentar alejarnos un poco de estos detalles técnicos para intentar aprender algunas cosas sobre su historia, porque aunque a alguien le pudiera parecer que la cerveza es la manera que tiene Dios de decir que nos quiere, o que son regalos mágicos de duendecillos que llenan los barriles y las neveras de los bares, estamos hablando de una bebida con probablemente alrededor de 12.000 años de antigüedad, así que, cuando oigas hablar a alguien de la Coca-Cola como "un refresco con una gran historia y tradición", ríete de él, y cuando indignado se disponga a replicarte, señálale con el dedo y ríete de el aún más alto.

Los 127 años de la Coca-Cola (al momento de escribir este artículo) suenan como una moda pasajera en comparación con la cerveza, habría que buscar otras comparaciones para poder medir en tiempo la vida de la cerveza, por ejemplo los imperios de civilización, y para qué andarse con chiquitas, hagámoslo con el imperio mas duradero de la historia, el bizantino, con 1.123 años de duración. Eso significa que cuando el Imperio Bizantino, el más duradero de la historia, estaba empezando a surgir en el año 330, la cerveza ya estaba ahí, y cuando los turcos mandaron al Impero Bizantino a freír espárragos la cerveza seguía ahí, y que esto tendría que haber pasado otras nueve veces para poder compararse con el Imperio Cervecero, que no tiene pinta de querer acabarse a corto plazo. Aunque igual sería más adecuada compararla con alguna religión, ya que los fieles, al igual que los cerveceros, no tienen que estar ligados a un lugar en concreto para practicarlo, entonces ganaríamos por goleada al cristianismo con un 12 a 1, o a los egipcios por un 3-0, y eso que no entramos en número de fieles, donde sin duda daríamos una clara lección, ¡sobre todo en usuarios practicantes!

¿De dónde viene el alcohol?

Pero si queremos empezar por el principio, deberíamos saber que los humanos no somos los únicos, ni tampoco los primeros, a los que nos gusta esa sensación de desconectar las neuronas con un poco de alcohol, tenemos, por ejemplo, a la mosca de la fruta, que consume fruta fermentada sin ninguna pérdida de facultades, o la musaraña arborícola que consume una especie de vino espumoso fermentado en el capullo de un tipo de flores. Así que, podríamos decir que la novedad con el ser humano es que empezó y aprendió a preparar su propio alcohol.
Con el comienzo de los primeros asentamientos humanos y el comienzo de la agricultura, hubo que buscar la manera de almacenar para mayor duración los productos recogidos durante una época, fermentando tanto comida como bebida, y así es, como casi sin saberlo descubrieron los beneficios del etanol, que mata y esteriliza líquidos y alimentos, consiguiendo una manera de alimentarse mucho más saludable y sobre todo carente de las bacterias de los alimentos no fermentados.
Y así es cómo la levadura, esos pequeños hongos responsables de la fermentación, no solo empezaron alegrándonos las noches, sino también salvándonos la vida.
Como nota curiosa el consumo de alcohol y productos fermentados llegó a ser tan alto, que los supervivientes a aquellas primeras cogorzas llegaron a tener un hígado mucho más resistente. Y hoy en día, el 10% de las enzimas presentes en los hígados humanos están destinadas a metabolizar el etanol.

Y desde aquí es de donde partiremos para la siguiente serie de artículos sobre nuestra querida cerveza. Porque ninguna gran historia comienza con una ensalada.

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